NUTRICIÓN: Creando una dieta adecuada


NUTRICIÓN: Creando una dieta adecuada

NUTRICIÓN: Creando una dieta adecuada

Los interesados en la nutrición se han planteado qué es lo que una persona sana debe ingerir en forma diaria para encontrarse en un estado saludable. Fue así que los expertos, reunidos por especialidades y en grupos mixtos, en entidades como FAO-OMS (Food and Agriculture Organization- Organización Mundial de la Salud)*, recopilaron diversas informaciones para establecer requerimientos promedio para cada nutriente. Este trabajo ha sido base de recomendaciones adoptadas por la normativa de varios países de Naciones Unidas. Nuestra legislación alimentaria, compendiada en el Código Alimentario Argentino, establece Tablas de necesidades diarias para poblaciones estándares (hombre y mujer adultos) y particulares (mujeres embarazadas o período de lactancia, lactantes, niños en distintos grupos etáreos).

Desde agosto del 2006, la legislación argentina incorpora la normativa Mercosur que establece la obligatoriedad de declarar la información nutricional en el rótulo de los alimentos. Si observamos la etiqueta de los productos, encontraremos, generalmente en formato de tabla, un listado de componentes-nutrientes: carbohidratos, proteínas, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans, fibra alimentaria, sodio, vitaminas, minerales, que detallan su cantidad y el valor energético. En una tercera columna o fila aparecerá el % VDR (porcentaje del Valor Diario Recomendado) y en ocasión de especificar vitaminas y/o minerales podremos ver el %IDR (porcentaje de la Ingesta Diaria Recomendada), aunque algunas veces no se diferencia la nomenclatura y se indica como %VDR. Todos estos valores están referidos a “una porción” del alimento, la que se define e indica con claridad para cada caso y se expresa en gramos o ml, consignando su equivalencia en unidades o en una medida casera. (tabla nutricional)

¿Qué significa esta información?

El “Valor Diario Recomendado” (VDR) de la normativa –que no se ve en la etiqueta-, establece la cantidad de ingesta recomendada para cada macronutriente (carbohidratos, proteínas, grasas, fibra) a lo largo de un día y refiere a las necesidades de una dieta basada en 2000 kcal para un hombre adulto promedio (tabla A), si bien las necesidades energéticas individuales pueden variar. El %VDR que aparece en la etiqueta está mostrando cuánto, en forma porcentual, aporta la porción de ese alimento para cubrir la cantidad recomendada “standard” de ese macronutriente en particular. Similar concepto ocurre para los micronutrientes (vitaminas y minerales). La “Ingesta Diaria Recomendada” (IDR) de la normativa, refiere la cantidad diaria aconsejada de consumo de cada vitamina y mineral.

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El %IDR muestra la contribución de una porción del alimento para cada micronutriente particular. Prestando atención a esta información, el consumidor podrá conocer mejor las características nutricionales del alimento y estimar cuánto contribuye a la ingesta total aconsejada cada porción que ingiera del mismo. Podrá evaluar la conveniencia de su elección. “Ponderarla” de algún modo.

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Junto a esta rotulación obligatoria, podremos encontrar la llamada Información Nutricional Complementaria expresada en forma de “alegatos” o “claims”, que es opcional y que describe convenientemente al alimento en propiedades nutricionales particulares como: “ligth”, “bajo en sodio”, “sin sal agregada”, “libre de colesterol”, “fuente de fibra”, “alto contenido de calcio”, entre otros ejemplos. Esta información permite comparar alimentos similares y elegir en base a las necesidades nutricionales particulares que pueden variar de una persona a otra, de acuerdo a las características individuales.

Si bien no se encuentran incorporados formalmente a nuestra normativa, existen en el mercado formatos ágiles y didácticos para leer en forma resumida la información nutricional relevante del rótulo como son las llamadas GDA (Guías Diarias de Alimentación), sistema desarrollado y difundido en Europa y extendido a otros mercados.

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Si nos apartamos del consumidor individual y miramos el escenario de la nutrición mundial en forma colectiva, podemos encontrarnos con patologías reportadas por la OMS en “los puntos extremos”. La obesidad y el sobrepeso constituyen una epidemia de dimensiones preocupantes. La predicción de la teoría de Malthus (1846) que pronosticaba escasez de alimentos o desproporción de su existencia en relación al crecimiento de la población mundial, resultó falsa con el transcurrir de los años.

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A raíz del desarrollo de la ciencia y la tecnología, en nuestros días, la producción alimentaria excede las necesidades de alimentación o demanda. La gran disponibilidad de alimentos en poblaciones de medianos y altos recursos, posibilita el problema de sobre-alimentación o alimentación inadecuada. Son frecuentes los excesos de consumo de grasas saturadas, azúcar y sodio-sal, que, combinados con estilos de vida más sedentarios, predisponen a las llamadas “enfermedades crónicas no transmisibles” (diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer). En el otro extremo, se ubica la desnutrición y las carencias nutricionales que prevalecen en países y poblaciones de bajos recursos. Este contraste constituye una amplia problemática sanitaria que merecería nuestro análisis y comprensión.

Vuelvo a la pregunta original. ¿Qué significa alimentarse correctamente? El concepto se basa en aportar a cada persona lo que su organismo requiere para desempeñarse saludablemente, es decir, “lo justo”, “lo adecuado” para cada caso. Existen en esta dinámina diversidad de variables: biológicas: edad, sexo, peso, estado fisiológico, actividad física, genética; culturales: entorno, grupo de pertenencia, educación, hábitos, preferencias; político-sociales: disponibilidad del alimento, acceso a las ofertas del mercado, condiciones de higiene, accesibilidad al agua potable y medios adecuados para una segura preparación y consumo.

De toda de esta gama de variables, la correcta lectura de la información nutricional plasmada en el rótulo de un alimento, puede contribuir a orientarnos para tomar buenas decisiones de consumo. Pareciera que el arte de alimentarse correctamente consiste en simplemente disfrutar de los alimentos con equilibrio y prudencia.

 

Referencias:

–          http://www.anmat.gov.ar/consumidores/Rotulado_nutricional.pdf
–          http://www.anmat.gov.ar/alimentos/codigoa/Capitulo_V.pdf
–          http://www.anmat.gov.ar/alimentos/codigoa/CAPITULO_XVII.pdf
–          http://www.fao.org/docrep/005/y2770s/y2770s07.htm
–          http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs355/es/OMS
–          http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/

–          Tabla de VDR de Vitaminas y Minerales (Cap. V del Código Alimentario Argentino):
(1) FAO/OMS (*) — Diet, Nutrition and Prevention of Chronic Diseases. WHO Technical Reportries 916 Geneva, 2003.

(2) Human Vitamin and Mineral Requirements, Report 07a Joint FAO/OMS Expert Consultation Bangkok, Thailand, 2001

(3) Dietary Reference Intake, Food and Nutrition Broad, Institute of Medicine. 1999- 2001.

Escribió:
Mariel Piboul
Consultora en Alimentos y Bioquímica

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