El arte de los perfumes y sus secretos


El arte de los perfumes y sus secretos

El arte de los perfumes y sus secretos

En ésta nota vamos a abarcar todos los aspectos necesarios para elegir el perfume ideal y aprovecharlo al máximo.

Los perfumes son especiales, nos traen recuerdos de experiencias pasadas, los relacionamos con nuestro humor y hasta con las estaciones del año. Llega el otoño y con él, diferentes aromas lo acompañan. Notas que nos evocan a temperaturas más bajas, a maderas mojadas por la lluvia o el rocío y a la humedad de la estación. El perfume que elijamos estará vinculado a estas condiciones.

Elegir un perfume que nos represente no es tarea fácil, pero si conocemos la composición del mismo e identificamos las notas que más nos agradan, nuestra elección resultará más sencilla y acertada. Hoy en día, es fácil sentirse abrumado por la variedad de fragancias que existen en el mercado y no saber por dónde comenzar. En general, probamos gran variedad de perfumes en forma simultánea y saturamos al sentido del olfato.

Se recomienda probar hasta tres fragancias distintas por vez para no dificultar la elección. ¿Si olemos granos de café podremos probar más fragancias? No, ¡es un gran mito! Oler granos de café sirve como distractor para el olfato, pero una vez saturados los receptores de la nariz, no habrá café que nos ayude a identificar las notas de un perfume.

A la hora de decidirnos por un perfume, no sólo es importante focalizarnos en el aroma del mismo, sino también en su concentración. De ésta manera, podemos clasificar a los perfumes en diferentes tipos: Eau de Cologne, Eau de Toilette, Eau de Parfum y Extracto o Perfume.

Un Eau de Cologne tiene una concentración de esencia aproximadamente de 3-5%, un Eau de Toilette oscila de 5-10%, un Eau de Parfum tiene de 10-20% de esencia y el Extracto o Perfume varía de 20-40%. Para aprovechar al máximo nuestro perfume y con ello me refiero a prolongar la duración del mismo, nos basamos en el dato de su concentración, que tantas veces dejamos de lado.

Un Eau de Toilette al no ser tan concentrado, se volatilizará más rápido si lo aplicamos directamente sobre nuestra piel, ya que la temperatura de la misma acelerará el proceso de volatilización.

En este caso, para que la fragancia sea más duradera, deberíamos aplicarla sobre la ropa. ¡Pero cuidado! Primero, se debe probar sobre una tela blanca (que no utilicemos) para evaluar si dañará a la prenda. Ya que la esencia no deja de ser un aceite que puede manchar la ropa.

 

Por el contrario, si decidimos comprar un Eau de Parfum, podemos aplicarlo directamente sobre nuestra piel, ya que la concentración de esencia es mayor y no volatilizará tan rápidamente. A mayor concentración de esencia, mayor es la duración del perfume y también lo será su costo.

Otro dato interesante es conocer cuánto tiempo perdura en la piel una fragancia. A modo orientativo, un Eau de Toilette dura de 3 a 5 horas y un Eau de Parfum dura hasta como máximo, 7 horas.

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Ahora bien, estamos listos para elegir la fragancia que nos acompañará durante todo el día… ¡Y en ésta instancia es en la que solemos fallar!

No debemos apresurarnos en la selección, ni tampoco adquirirlo por como huele sobre un trozo de papel. Debe probarse sobre la piel, dado que no todos tenemos el mismo pH, la piel de cada uno, la alimentación e incluso el sudor son diferentes por ser humano y pueden modificar al perfume.

Al entrar en contacto la esencia con la piel, interaccionan y dependiendo del pH que tengamos, predominarán ciertas notas aromáticas en comparación a otras.

Es por éste motivo que un mismo perfume, se puede percibir en cada persona de diferentes maneras. La aplicación del perfume se realiza en los puntos de pulso, es decir, en aquellos lugares en que los vasos sanguíneos se encuentren más cercanos a la piel.

Esto se debe, a que tienen mayor temperatura y volatilizan mejor a la fragancia. Éstos puntos son: las muñecas, la base de la garganta, detrás de los lóbulos de las orejas, detrás de las rodillas y el anverso de los codos.

Una vez que lo probamos sobre la piel, tenemos que ser pacientes y ¡Nunca frotar las muñecas! Ya que las moléculas químicas que componen a la esencia se van a ver alteradas por la fricción, pudiendo modificar la fragancia del perfume.

Una manera sencilla de comprender la composición de un perfume, es realizar una analogía con la teoría musical. Una canción está compuesta por una sucesión de acordes y cada acorde por un conjunto de notas. Un perfume es exactamente igual, se compone de acordes aromáticos, formados por conjuntos de notas. La estructura de un perfume es concebida en forma de pirámide olfativa, divisible en tres partes.

En el extremo de la pirámide tenemos las notas “altas o de salida”, que son frescas y volátiles. Nos dan la primera impresión del perfume, ya que son las primeras en volatilizar y duran sólo unos minutos. En este grupo encontramos a las notas cítricas, frutales y herbales.

En el centro de la pirámide están las notas “medias o del corazón”, que determinan el carácter y persistencia del perfume. Se comienzan a sentir varios minutos después de la aplicación. Son notas florales y frutales.

Y por último, en la base de la pirámide, encontramos las notas “bajas o de la base”, que son notas pesadas y tenaces. Van a fijar al perfume y aparecen al cabo de una hora o más. Nos indican cómo queda definitivamente nuestra fragancia y le otorgan personalidad. Son notas de maderas, especias y resinas.

Recién después de una hora o más desde la aplicación, vamos a poder conocer el verdadero aroma del perfume. Es allí cuando todas las notas salen a la luz. Y hemos llegado a la clave del asunto, el perfume no es estático y evoluciona en nuestra piel. Es dinámico. Hay que darle tiempo para poder apreciar cuál será el aroma final que surja de la interacción de nuestra piel, con la fragancia. Muchas veces compramos de manera impulsiva, solo apreciando las primeras notas de salida y luego de 10 minutos de la aplicación, el perfume será distinto.

Durante esta época del año, debemos evitar perfumes muy florales, frescos o cítricos ya que nos rememoran al verano. En el otoño debemos dejarnos llevar por las notas cálidas e intensas. Nos conviene utilizar perfumes amaderados, especiados, con algunas notas florales y dulces. Son ideales las fragancias con notas de vainilla, sándalo, jazmín, miel, naranja, ámbar, rosa, patchouly, cedro, vetiver y pimienta entre otras. Algunos ejemplos de esto que podemos encontrar en el mercado son:

Belief de Kosiuko, una fragancia sensual y delicada. Compuesta por un bouquet de rosas naturales y ricas maderas como el cedro, que le otorgan profundidad y persistencia a la composición.

Date Night de Portsaid, fragancia floral acompañada por notas frutales de bergamota, mandarina, pera y frambuesa en la salida. Su corazón fusiona lirios del valle, jazmín, iris y glicina con un fondo cálido de vainilla, cedro, sándalo y almizcle. Ideal para ésta temporada.

Stone Black, fragancia con notas de salida cítricas, pero su cuerpo está conformado por notas intensas de cardamomo, muguet, iris, rosa y jazmín. Las notas de la base en éste perfume son el cedro, sándalo, almizcle, ámbar y musgo.

Barcelona de Messi, posee notas frutales en la salida como la menta y la mandarina, con una base imponente de cuero rubio, patchouly, maderas blancas y ambarinas.

Si aplicamos todos éstos conocimientos en la recomendación de las fragancias a nuestros clientes, su satisfacción será ¡inmensa!

Escribió:

Mayra Ameneiros
Jefa de laboratorio de fragancias

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